Con Brasil y Colombia a la vista como próximos rivales de la selección nacional, el panorama para Gareca parece cada vez más incierto, especialmente ante la ausencia de las autoridades del fútbol nacional y el reclamo de los históricos del plantel.
Con las eliminatorias mundialistas en marcha y la Copa Mundial de la FIFA 2026 en el horizonte, la selección chilena enfrenta uno de sus momentos más complejos. Tras la humillante derrota 1-2 ante Bolivia en el Estadio Nacional, La Roja se sitúa en la penúltima posición de la tabla de clasificación de la CONMEBOL, solo por encima de Perú, y su futuro en la competencia es incierto.
La falta de gol ha sido uno de los problemas más evidentes. En los primeros encuentros de estas clasificatorias, Chile ha marcado solo 2 goles en 4 partidos, una cifra alarmante considerando el nivel de competitividad en la región sudamericana. Aunque referentes como Alexis Sánchez y Eduardo Vargas continúan siendo parte del equipo, su rendimiento no ha sido suficiente para cubrir las carencias ofensivas. La falta de un recambio sólido en la delantera deja al equipo sin una solución clara, y las nuevas generaciones no han logrado dar el golpe necesario para destacar en la escena internacional.
El técnico Ricardo Gareca, contratado con la esperanza de replicar el éxito que tuvo con la selección peruana, se encuentra bajo presión. Su llegada, que generó expectativa por su trayectoria, no ha producido los resultados esperados. Los cuestionamientos a su planteamiento táctico y a su elección de jugadores aumentan tras cada derrota, especialmente tras el episodio con Ben Brereton, quien fue reemplazado en el primer tiempo, generando ácidas críticas al ex seleccionador de Perú.
Además, la falta de referentes dentro del plantel actual añade más incertidumbre. La “Generación Dorada”, que llevó a Chile a ganar dos Copas América, parece haber quedado en el pasado, sin figuras emergentes que logren tomar el relevo de jugadores como Arturo Vidal y Gary Medel.
El calendario tampoco favorece a Chile. En la próxima fecha FIFA, La Roja se enfrentará a Brasil en el Estadio Nacional de Santiago, un rival históricamente difícil. Aunque Chile juega de local, Brasil llega como favorito, lo que añade presión al equipo. Posteriormente, Chile deberá visitar a Colombia, otro de los equipos fuertes de la región, en un duelo que será clave para mantener vivas las esperanzas de clasificación.
A diferencia de años anteriores, cuando Chile era considerado uno de los equipos más fuertes de Sudamérica, hoy La Roja ya no es favorita en los grandes encuentros. Las casas de apuestas suelen darla por perdedora incluso en partidos de local, una señal del declive en su rendimiento y del reconocimiento internacional de la crisis que atraviesa el equipo. Pese a esto, aún se pueden conseguir codigo de bono coolbet para los partidos.
Recambio, la gran dificultad
La falta de recambio generacional es otro de los grandes problemas que afecta a la selección. Desde la irrupción de la “Generación Dorada”, Chile no ha logrado formar un grupo de futbolistas jóvenes que puedan asumir la responsabilidad. Los escasos minutos que reciben las nuevas promesas en sus clubes y la falta de oportunidades en la selección mayor generan preocupación. Mientras otros países como Ecuador o Uruguay muestran una renovación constante, Chile sigue dependiendo de jugadores veteranos.
A medida que avanzan las eliminatorias, la preocupación entre los hinchas y expertos es evidente. La combinación de malos resultados, falta de liderazgo en el campo y un calendario desafiante pone a Chile en una posición compleja.
Comentaristas y ex futbolistas coinciden en que si Ricardo Gareca no introduce cambios significativos en las nóminas, la situación de Chile podría agravarse aún más. La insistencia en jugadores que ya no rinden al nivel esperado y la falta de integración de nuevas promesas sigue siendo uno de los principales problemas. La ausencia de un recambio adecuado ha generado frustración tanto en los hinchas como en el propio plantel, que siente la falta de soluciones reales para revertir la crisis. Si no se toman decisiones audaces, la clasificación al Mundial será cada vez más lejana.
Además, el ruido que ha surgido en el camarín, motivado por las malas decisiones tácticas y la gestión interna del equipo, sigue siendo un obstáculo. Los rumores de divisiones internas y falta de confianza entre el cuerpo técnico y los jugadores afectan el ambiente y el rendimiento en la cancha. En los paneles de programas deportivos se plantea que sin una intervención firme de las autoridades del fútbol chileno para exigir resultados y ejercer presión sobre el entrenador y el plantel, el panorama no cambiará. La falta de liderazgo institucional podría ser el golpe final para las aspiraciones de Chile en estas eliminatorias.