«Yo creo que con la adrenalina que vienen, creo que doy gracias a Dios que no se les escapó un tiro», confesó el nadador, quien reconoció sentir una «impotencia tremenda», ya que no respetaron la presencia de su hija.
Alberto Abarza, nadador paralímpico que hizo historia en los últimos Juegos Paralímpicos de París 2024, fue víctima de un violento portonazo en Maipú, a solo horas de su retorno desde Francia, cuando se encontraba junto a su hija de 13 años.
En declaraciones a MegaNoticias, el atleta nacional explicó que producto del robo perdió su vehículo y su silla de ruedas, el que se concretó cuando iba a buscar a su hija.
“Se subió al auto, estuvimos conversando media hora (…) Y entre eso al conversar, hecho a andar el auto y se cruza este auto blanco, se bajan cuatro tipos, uno queda adentro, con armas de fuego”, relató Alberto Abarza.
El deportista detalló que “me empezaron a pegar, bajaron a mi hija que estaba en el copiloto, a mí al suelo, me patearon, me pegaron en las costillas. Les dije que era persona con discapacidad, que tenía mi silla de ruedas atrás y nada, no les importó. Me tiraron al suelo y se fueron”.
“Yo creo que con la adrenalina que vienen, creo que doy gracias a Dios que no se les escapó un tiro”, confesó el nadador, quien reconoció sentir una “impotencia tremenda”, ya que no respetaron la presencia de su hija.
“Gracias a Dios puedo mirar a mi hija y está bien. Imagínate, se les escapa un tiro, otra cosa estaríamos hablando y quizá a lo mejor el auto estaría o estaría la silla de ruedas que me robaron, pero no estaría mi hija”, argumentó.
Junto con ello, Alberto Abarza lamentó el robo de su silla de ruedas, ya que “son mis piernas, con lo que me movilizo a todas partes, con lo que hago deporte. Entonces es una silla de ruedas muy especial, de carbono y mandar a hacerla se demora tres meses (…) me deja, no postrado, pero mayormente inmovilizado de poder hacer mis actividades diariamente”.
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